lunes, 27 de agosto de 2012

Y te harás mí tierno y casto amante.

Huirás al amanecer de tu harem
Al escuchar el silbido de mi deseo
y te harás mí tierno y casto amante
Raerás al filo de rezos mi velo
Libertando mis enclaustradas apsaras
En cada vibrar candente de mis pechos
Beberás todo el elíxir de ellos
Hasta caer embriagado a mi ombligo
Para lamer los caudalosos oasis brotados
mas no saciarás tu sedienta garganta
Aun se agrietarán más tus gruesos labios
Descenderé entonces a tu auxilio
Cual espejismo en el desierto
Para poblar de humedad tus grietas
Hasta germinar savia y caer fruto
Danzaré al oleaje de tus manos
Y eterno encallaras mares adentro
Enloquecerán las brisas en nuestras siluetas
Hasta hacerlas una sola en ellas...


                                                                    Por: Ruth Vega

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