sábado, 11 de agosto de 2012

Amor de tarde.

Es una lastima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y le saco mentiras.

Es una lastima que no estés conmigo 
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y le saca verdades.

Es una lastima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
podrías acercarte de sorpresa
y decirme ¿Que tal? y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tu con el tizne azul de mi carbónico.

                                            Mario Benedetti






                              

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